En solitario, en familia o con amigos, es la oportunidad perfecta para adentrarse en una tierra, Álava, que ofrece infinitas posibilidades. Solo hay que comprobarlo. Pasear por la Llanada en bicicleta es adentrarse en la historia de esta tierra, mientras un paisaje repleto de colores acompaña al cicloturista en un viaje inolvidable.
Para disfrutar de todo lo que ofrece este recorrido, lo ideal es realizarlo en un par de días, dividendo las etapas como mejor se adapten a las capacidades de cada cicloturista. Las localidades intermedias de Maturana, Narbaiza, Araia o Agurain/Salvatierra, pueden ser paradas perfectas en nuestro viaje ya que ofrecen servicios y lugares para visitar y también poder pernoctar. Además, parte del recorrido está comunicado por tren, lo que va a permitir regresar o acceder a la ruta de manera rápida y cómoda.