El Valle Salado de Añana atesora con armonía, bajo el blanco resplandeciente de sus eras de sal, siglos de historia y una biodiversidad y riqueza paisajística que le han convertido en monumento al aire libre y uno de los referentes del turismo de Euskadi.
No en vano está considerado como uno de los paisajes más espectaculares y mejor conservados de Europa. Este ecosistema único se alimenta de las aguas del río La Muera que ha ido perfilando, a través de una extensa red de canales de madera, las pintorescas terrazas sobre las que se conservan sus eras de sal.